Guaraní cumplió con su gente logrando un ajustado triunfo por la mínima ante Racing por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América. Como se presento el tramite del encuentro el resultado fue un tanto injusto porque el Legendario fue más de principio a fin, pero nunca encontró el hueco justo para meter el flechazo, hasta que apareció Julián a 5' del final. Desde los primeros minutos el conjunto de Jubero planteo y salió a buscar el gol, porque comenzó a mover el balón y Racing no lo encontró nunca. Con Benítez y Contrera fue ganando los costados, con las subidas de De la Cruz y Bartomeus y con un Santander siempre peligroso, mientras que Racing se cerró e intentó cortar todas las vías peligrosas. La Academia no estaba en una buena posición y más aún cuando el primer tiempo entraba en su parte final, Luciano Lollo le mete un tremendo codazo a Santander en las narices del árbitro, que no duda en mostrarle la roja. Con un hombre más, el Legendario pisó el ascelerador y fue en busca del gol, pero no llegó en ese primer tiempo.
La complementaria los Albicelestes buscaron salir del encierro pero la desventaja numérica los desgasto rápidamente, sin embargo Guaraní seguía siendo superior pero faltaba romper el equilibrio hasta que Darío Ocampo ingreso y produjo un desajuste en la defensa rival al instánte, desajuste que aprovechó Julián Benítez para meterse por derecha y sacar el disparo, potente, a raz del piso, esquinado, para que no llegue nunca Saja y para que explote ese Defensores que se vistió de Aurinegro. El triunfo deja un trago de doble sabor, pues el triunfo en casa era obligada y el compromiso con la hinchada se cumplió, sin embargo la diferencia es mínima y el Legendario tendrá que extremar recursos para mantener su ventaja en la revancha.
La complementaria los Albicelestes buscaron salir del encierro pero la desventaja numérica los desgasto rápidamente, sin embargo Guaraní seguía siendo superior pero faltaba romper el equilibrio hasta que Darío Ocampo ingreso y produjo un desajuste en la defensa rival al instánte, desajuste que aprovechó Julián Benítez para meterse por derecha y sacar el disparo, potente, a raz del piso, esquinado, para que no llegue nunca Saja y para que explote ese Defensores que se vistió de Aurinegro. El triunfo deja un trago de doble sabor, pues el triunfo en casa era obligada y el compromiso con la hinchada se cumplió, sin embargo la diferencia es mínima y el Legendario tendrá que extremar recursos para mantener su ventaja en la revancha.
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