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sábado, 1 de agosto de 2015

11 AÑOS DE LA MAYOR TRAGEDIA PARAGUAYA


Hoy se cumplen 11 años del siniestro del Supermercado Ycua Bolaños aquel 01 de Agosto del 2004 donde el fuego y la avaricia se cobraron más de 400 vidas que hasta hoy día no encuentran descanso por la injusticia existente en el Paraguay. El dolor existente en los familiares y víctimas de aquellos mártires aún siguen tan latentes como sí no hubiera pasado el tiempo, las llamas del fuego se volvieron a encender el 12 de julio donde las víctimas esperaban recibir las palabras de paz por parte del Papa Francisco, finalmente por una confusión el papa móvil no se detuvo y una vez más se sintieron marginados
En la jornada de hoy se prevé varias actividades en el memorial a partir de las 10:00 horas con un micrófono abierto para aquellos que quieran dar su apoyo a los familiares, luego a las 11.00 se dará lectura al manifiesto centrándose principalmente en la solidaridad que se dio para la visita de Francisco y cómo fue cambiando la perspectiva de la gente ante la visita. Se aguarda la presencia de los bomberos como recordatorio.
AQUEL DÍA: El incendio se inició a las 11:25horas. cuando el recinto se encontraba abarrotado por más de 800 personas. Según los primeros informes de los bomberos, se produjo una explosión en el sistema de gas de la cocina, que se propagó hacia la cafetería y arrasó con las dos plantas del edificio, incluyendo el estacionamiento. Según informes de supervivientes, esto provocó una estampida hacia las salidas durante la cual el recinto se llenó de humo y se produjo un apagón. Al llegar a las puertas, los compradores descubrieron que éstas se encontraban cerradas, por lo que no pudieron huir, quedando todos encerrados en una gran pira funeraria. Según la prensa y las declaraciones vertidas durante el proceso criminal, las puertas fueron cerradas por órdenes de los superiores, con el fin de no dejar que nadie saliera sin pagar por los bienes del supermercado.
Un bombero de la Segunda Compañía (Trinidad), Juan C. Valiente, fue el primero que llegó al lugar del incendio. Él se encontraba de civil cuando vio la enorme humareda negra que surgió del Ycuá Bolaños. Intentó impedir que las puertas se cerraran, pero el guardia de seguridad del local disparó con su arma de fuego al aire dos veces para que se alejara. Desde allí, los trabajos de rescate en los primeros minutos no pararon, los cuales estuvieron a cargo de bomberos voluntarios, policías y civiles, para luego ir acoplándose socorristas y militares.
Por otra parte, de acuerdo a testimonios de los Bomberos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Asunción, quienes recibieron la primera denuncia del pedido de auxilio de parte de un oficial de policía que estaba por el lugar, siendo las 11:32 de la mañana, parte la primera compañía, llegando al lugar a las 11:37 de la mañana, prácticamente junto con la 2 Compañía de Bomberos y, detrás de los mismos, otra unidad de apoyo a las 11:41 de la mañana; ellos no dudaron en pedir apoyo de todas las unidades posibles de las ciudades aledañas a Asunción.
La primera dotación Bomberos de Asunción que llegó al lugar ingresó por la entrada del estacionamiento del local con el objetivo de una búsqueda de posibles víctimas y, la otra unidad, con ayuda de policías y civiles, pudieron abrir un boquete en la pared de vidrio que daba lateralmente a la rampa. Este boquete fue el principal acceso que pudieron tener los bomberos para el rescate, ya que la cantidad de humo denso que salía del estacionamiento impedía el acceso y el rescate de víctimas. Por su parte, la mayoría de la segunda dotación, quienes trabajaron arduamente por el boquete, pudieron conseguir rescatar a varias personas, entre ellos funcionarios del local y niños; así lo confirmó el conductor de uno de los primeros móviles del lugar, Carlos Samaniego, que no dudó en ningún momento en dejar de lado su carro y ser parte del grupo de rescate. Este lugar de la rampa fue el sitio en donde mas cuerpos estaban apilonados. El bombero Eris Cabrera comentó que era un verdadero infierno y que, inclusive, los bomberos tuvieron que abrirse paso entre cientos de cuerpos calcinados en busca de más víctimas con vida.
Muchos bomberos que llegaban al lugar se acoplaron al primer grupo. A pesar de todas las dificultades encontradas, pudieron rescatar y trasladar a muchas víctimas con vida en patrullas, ya que las ambulancias disponibles no daban abasto. Todo este proceso de rescate duró aproximadamente una hora.
Para extinguir el fuego fue necesaria la presencia de más de cincuenta carros bomba
 y más de 1.000 bomberos, que fueron ayudados, a su vez, por miembros del ejército y de la policía,
La extinción completa tomó cerca de cuatro horas, durante las cuales los primeros heridos fueron derivados a distintos hospitales de la capital, los cuales se vieron superados por la magnitud de la tragedia.
Muchas personas fueron rescatadas con vida de baños y depósitos que les sirvieron de resguardo del calor y el fuego; inclusive, algunos fueron rescatados dentro de refrigeradores. Testimonios de sobrevivientes, relataron que el baño donde estaban refugiados contenía ducha y con eso podían refrescarse del intenso calor.
El día posterior a la tragedia se pudo llegar a rescatar una cantidad importante de cuerpos, a pesar de la gran búsqueda realizada. Las instalaciones del siniestrado supermercado Ycuá Bolaños fueron revisadas sin éxito varias veces por funcionarios del Centro de Investigación Judicial y Bomberos Voluntarios a petición de los familiares de los Desaparecidos.
Según conclusiones del cuerpo de bomberos, este caso fue una situación que superó todos los protocolos de emergencia debido a la cantidad de víctimas y la magnitud del siniestro. Aunque muchas decisiones se tomaron por instinto, el entrenamiento que el personal tenía sobre seguridad en incendios estructurales fue de mucha ayuda en la atención de la emergencia. Ningún oficial del cuerpo de bomberos falleció durante las labores de rescate; aunque algunos tuvieron que ser hospitalizados por intoxicaciones leves.
A solicitud de la Organización Panamericana de la Salud
 (OPS), el presidente de Brasil, Lula da Silva, ordenó la donación de 30 a 50 respiradores mecánicos, mientras que Argentina por orden del presidente Néstor Kirchner
 ordenó el envío de un avión Hércules con insumos, suminitros, y personal médico, pocas horas después del desastre, de la misma manera que puso a disposición de Paraguay 50 camas UTI y 200 camas de internación clínica, para superar la sobredemanda. Chile, por su parte, por orden del presidente Ricardo Lagos, puso a disposición un hospital de campaña, suministros médicos y médicos y enfermeras especialistas en quemaduras de COANIQUEM
(Corporación de Ayuda al Niño Quemado.
Estas escenas son un rollo constante en la mente de los que hasta hoy continúan en busca de justicia y paz para sí mismos y sus allegados.

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