DIME LO QUE COMES Y TE DIRÉ SÍ ERES UN PSICOPATA - CAMUS click

Breaking

lunes, 12 de octubre de 2015

DIME LO QUE COMES Y TE DIRÉ SÍ ERES UN PSICOPATA


(CNN Español) -  Según un estudio de investigadores de la Universidad de Innsbruck en Austria, a las personas que les gustan los sabores amargos son más propensos a tener personalidades oscuras y a exhibir conductas psicópatas y narcisistas.
Los investigadores estudiaron los hábitos alimenticios de cerca de 1.000 personas y llegaron a las primeras evidencias empíricas de que los gustos alimenticios y la personalidad podrían estar relacionadas.
El estudio publicado en la revista Appetite evalúo primero a 500 hombres y mujeres a los que se les presentó una serie de alimentos dulces, salados, amargos y ácidos. Se les pidió que calificaran de 1 a 6 qué tanto les gustaba cada alimento y luego tomaron tests de personalidad.
En un segundo experimento a los participantes se les dio una lista de afirmaciones y tenían que decir qué tan de acuerdo estaban con ellas. Estas frases están diseñadas para diagnosticar rasgos de la personalidad como maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Por último, se les pidió completar dos pruebas psicológicas más y con base a estos resultados conectaron las preferencias.
El experimento se realizó en otro grupo de 450 personas, y así los investigadores pudieron concluir que "los gustos generalizados por los sabores amargos surgieron como un factor que predice el maquiavelismo, narcisismo y psicopatía", según publicaron en Appetite.
También encontraron que las personas que son más simpáticas (según una serie de criterios psicológicos) son a las que menos les gustan los sabores amargos.
Los investigadores sugieren que quizá a las personas con rasgos de personalidades oscuras les gustan más estos sabores (como el chocolate amargo, el café negro, el agua tónica y otros) porque los perciben como una experiencia extrema. En lo salvaje, las plantas amargas a veces son las que son venenosas y es por eso que el cuerpo tiende a rechazar estos sabores por pensar que son una amenaza.