El lago Ojo de Mar en Paraguay es considerado un verdadero paraíso que supuestamente surgió luego de una erupción volcánica en los años anteriores a Cristo. Su atractivo radica en la belleza paisajística que lo rodea y en el hecho de estar oculto entre la vegetación, al punto de que sin guía es imposible llegar.
Es un lugar ideal para quienes disfrutan de la naturaleza, del silencio y de realizar safaris fotográficos, ya que la variedad de plantas, peces y animales es muy numerosa. Hasta hace poco tiempo también se podía admirar en la zona al curioso Yacaré Morotí (Cocodrilo blanco).
Un detalle importante es que en el lago no se puede nadar (salvo en los lugares destinado a ello) dado que se desconoce la profundidad del mismo. De hecho, ya lanzaron lazos de más de 100 metros sin conseguir tocar el fondo. A esto se suma una leyenda que cuenta que muchos intentaron cruzarlo y en la mitad fueron “tragados” por el agua.
El lago se encuentra en la colonia Rinconada de Pedro Juan Caballero, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Bella Vista. Para llegar allí se toma el desvío de la Ruta 5, camino a Pedro Juan Caballero, empalmando con la Ruta 3 en el cruce Bella Vista, y recorriendo un trayecto de 77 km de camino enripiado.
Además, cerca de este lugar se puede visitar uno de los tesoros mejor guardados de Paraguay: la caverna Kururu Kua, encontrada en 2007 oculta detrás de una exuberante y exótica vegetación. Desde su descubrimiento no ha dejado de maravillar a locales y turistas con su belleza paisajística única.
Esta cueva, de aguas verdosas y cristalinas, apareció por primera vez en boca de los lugareños, que decían haber visto un pozo sin fondo. Pero si bien la abertura presenta 100 metros de profundidad y 300 de ancho, al final la vista alcanza a divisar un lago cuya extensión está parcialmente oculta por las plantas.
A su vez, la cueva tiene túneles y cavidades subacuáticas con extraordinarias dimensiones, lo que la convierte en un lugar único en cuanto a arquitectura y relevancia geográfica. Además, es el refugio de miles de sapos (de allí su nombre, que en español significa Nido de Sapos) y se presume que, en el fondo del abismo, pueden encontrarse fósiles de hace miles de años.
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