La fiscal Lourdes Bobadilla imputó a un hombre de 40 años por supuesta crueldad animal. Según los antecedentes, una vecina fue quien dio aviso a las autoridades, denunciando que el hombre tenía dos animales en muy mal estado. Ocurrió en Ñemby.
Uno de ellos, de pelaje blanco con una mancha marrón, presentaba una profunda gusanera, había perdido un ojo y tenía una de las patas hinchada, lo que apenas le permitía moverse.
El pasado 5 de diciembre, durante un procedimiento policial, se tomaron fotos y videos donde se observa a los animales en estado de desnutrición. Ese día el dueño no se encontraba en la casa. Al día siguiente, la fiscal Bobadilla allanó la vivienda y conversó con el propietario, quien ya no tenía al perro con gusanera.
El hombre manifestó que el perro se llamaba “Manchi”, había fallecido y que lo enterró en el patio, ante esa versión, las autoridades ordenaron desenterrar al animal.
El examen veterinario, realizado por la doctora Mabel Vega, reveló una escena impactante: el perro, mestizo tipo pitbull, estaba en condición corporal extrema, con miasis en casi todo el cuerpo, sin masa muscular y con una pata delantera prácticamente carcomida por gusanos, dejando los huesos expuestos.
Además, se sospecha que el animal habría sido sacrificado ante la inminente llegada de los agentes, ya que en la visita del día anterior no se lo veía agonizando, aunque en mal estado. También se constató que el cuerpo no presentaba rigidez cadavérica al momento de ser hallado.
Otro perro que seguía con vida fue decomisado para recibir tratamiento y recuperación, mientras que el animal fallecido fue trasladado para estudios de necropsia. El fiscal de la causa ordenó la detención inmediata del supuesto responsable.
Desde la Dirección Nacional de Defensa Animal expresaron su total repudio a lo ocurrido y solicitaron que se apliquen las sanciones previstas en la Ley N.° 7513/25 de Bienestar y Protección Animal.
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